Libros, series, películas y un montón de cosas para aferrarse en medio del desconcierto.Los árboles de Aira, algunos libros de diciembre Unos amigos estLibros, series, películas y un montón de cosas para aferrarse en medio del desconcierto.Los árboles de Aira, algunos libros de diciembre Unos amigos est

Un conde desaforado, la música de Rob Reiner

2025/12/19 17:23

Unos amigos estaban desarrollando Stand By Me para el director Adrian Lyne, pero él dejó el proyecto. Me lo trajeron para que lo leyera. Conecté de inmediato con los personajes, me encantó la época y todo lo demás. “Tal vez le dé una oportunidad a esto”, dije. 

Durante los siguientes cuatro días manejé por Los Ángeles con una migraña porque no podía descifrar qué iba a hacer con el material. Era esta pieza maravillosamente observacional que Stephen King había escrito sobre su experiencia yendo a ver un cadáver con sus amigos. Una vez que di con la idea de que Gordie (Wil Wheaton) fuera el que atravesara esta gran conmoción emocional me enganché. En el libro, Gordie era solo un observador; una vez que decidí convertirlo en el personaje principal, todo encajó.

Wil tenía sensibilidad e inteligencia. Jerry O’Connell (quien interpretó a Vern) nunca había actuado antes, más allá de un comercial. El único con experiencia real era Corey Feldman (Teddy). Yo nunca había conocido a un niño de 12 años con esa clase de rabia dentro, pero al enterarme de su pasado y saber que sus padres se habían separado y que no había mucha cercanía allí, pude ver de dónde venía. River Phoenix (Chris) tenía 13 años y ya era como un joven James Dean. Había tanta alma en él. Y tenía una gran sabiduría para un chico de esa edad.

Rodamos en Brownsville, Oregón. Allí llueve mucho, pero tuvimos suerte y conseguimos 60 días seguidos de sol. Incluso el día en que se suponía que debían encontrar el cuerpo salió el sol: tuvimos que mojar todo el set para que pareciera sombrío. Estaba buscando un pueblo que se hubiera detenido en el tiempo y que se sintiera como si estuviera en los años 50. Intentamos a propósito darle ese aspecto nebuloso, difuso y nostálgico. El director de fotografía Thomas Del Ruth hizo un trabajo magnífico.

El vómito en la escena de la competencia de comer pasteles era una mezcla de queso cottage con relleno de torta de arándanos, y lo terminamos lanzando por todo el lugar. Eso fue divertido, pero la secuencia del tren fue difícil. Para las tomas largas teníamos dobles de riesgo, y cuando hice escenas con los chicos reales, tuvimos que usar lentes largas para que pareciera que el tren estaba justo encima de ellos. Se suponía que debían estar asustados, pero ellos no sentían para nada la presión. Entonces empecé a enojarme. Hacía calor y el equipo tenía que empujar la cámara por este largo carril, así que les dije: '¡El equipo se está rompiendo el lomo porque ustedes la están cagando!’. Para la toma siguiente, los chicos se asustaron. Después corrieron, me dieron un gran abrazo y dijeron: ‘¡Lo hicimos, Rob!’. Estuvieron geniales.

Stand By Me significa más para mí que cualquiera de las otras películas que he hecho. Fue la primera vez que hice una película que reflejaba mi propia sensibilidad; combinaba melancolía, humor y nostalgia. Yo tenía 12 años en 1959, así que la música que suena era la música que había escuchado y, a la vez, los sentimientos que tenía en relación con mi padre los inyecté en la película. Cuando Stand By Me se estrenó y fue aceptada de alguna manera me legitimó. Me dio un gran impulso para seguir adelante.

Así habló Rob Reiner sobre Cuenta conmigo, una de sus películas más entrañables, en una entrevista de 2021 con el diario británico The Guardian. Fue para una sección preciosa que se llama Cómo lo hicimos y todas las semanas se dedica a contar la historia detrás de obras trascendentales para la historia del arte y la cultura.

En estos días el horror mostró su costado más abyecto y en circunstancias espantosas murieron Rob Reiner y su esposa Michele. Quedan sus películas hermosas, faltan las palabras para cifrar un episodio tan ominoso. 

Empieza, con perplejidad, una nueva edición de Mil lianas.

1. Argentinos, ¡a las cosas!, de Martín Kohan. Valiéndose del pulso de un croquis más que de la rigidez de un mapa. Merodeando las figuras insoslayables y a la vez echando luz sobre los pasos de algunas menos recorridas. Un libro en tránsito, en gerundio, en territorio para tironear de la argentinidad, para detenerse, apenas por un rato, en algunas cosas eminentemente argentinas. O, mejor, en sus rastros. El escritor Martín Kohan acaba de publicar Argentinos, ¡a las cosas! (Seix Barral, 2025), un ensayo crítico compuesto por veinticinco fragmentos dedicados a observar con maestría y de manera desprejuiciada eso que se suele englobar bajo el paraguas de la argentinidad.

Argentinos, ¡a las cosas!, de Martín Kohan. Seix Barral

Ya desde el gesto de alejarse de los hitos para reparar en la idea de cosas –una palabra llave, una palabra que para cualquier hablante argentino refiere a muchas cosas–, el escritor da cuenta de los vaivenes que hacen a cualquier identidad. Identidad, en su mirada, es crisis, es movimiento, es contingencia. Identidad argentina, en sus palabras, es la lectura de una constelación difusa de huellas: el equívoco de la imagen de la pizzería Los Inmortales, el mural de Martin Ron que representa a un Diego Maradona derrotado, la tumba olvidada de Rivadavia en Plaza Miserere y su permanencia en los cuadernos escolares a través de su firma, la piedra movediza de Tandil sustituida por otra ficcional, literaria.

Hace unos días entrevisté a Martín Kohan para hablar de este libro y otros asuntos. Encuentran la nota por acá. Algo más, si tienen ganas. El Instituto Goethe de Buenos Aires subió esta semana a su canal de YouTube buena parte de las charlas que formaron parte de las Jornadas Hannah Arendt en septiembre de este año, a medio siglo de la muerte de la pensadora. Kohan fue uno de los participantes. En este enlace pueden ver su intervención. Y por acá encuentran los videos de todo el ciclo.

Argentinos, ¡a las cosas!, de Martín Kohan, salió por Seix Barral. Más sobre el libro, en esta entrevista con el autor. Otros lanzamientos editoriales de diciembre, por acá.

2. Una batalla tras otra, de Paul Thomas Anderson. Celebramos la llegada de esta película hace un tiempito por acá y también destacamos su banda sonora en esta entrega de Mil lianas. Ahora, Una batalla tras otra de Paul Thomas Anderson –sin dudas una de las mejores películas entre las que se lanzaron este año– llegará al streaming a través de HBO Max. La plataforma anunció que el largometraje estará disponible en su menú a partir de este 19 de diciembre como parte de su ciclo “Del cine a HBO Max”.

“La película está protagonizada por Leonardo DiCaprio y se encuentra entre los mayores éxitos de público y crítica del año, con nueve nominaciones a los Globos de Oro y 14 a los Critics Choice Awards. Sigue a Bob (DiCaprio), un ex revolucionario que busca la ayuda de sus antiguos compañeros después de 16 años para rescatar a su hija de las manos de un viejo enemigo, el coronel Lockjaw (Sean Penn)”, informaron desde HBO Max.

Una batalla tras otra, de Paul Thomas Anderson, está en HBO Max. En este enlace, otros lanzamientos de diciembre para ver por streaming.

3. La diosa de Thyssen, de Federico Fahsbender. En La diosa de Thyssen (Aguilar, 2025), su nuevo libro de no ficción, el periodista argentino Federico Fahsbender vuelve a posar su mirada en un hombre desmesurado y misterioso. Tal como había hecho en El trueno en la sangre (Rara Avis, 2022) para contar la historia de Martín Banana Espiasse –un personaje con un amplísimo recorrido en el mundo del hampa, protagonista de una de las mayores fugas carcelarias de la historia argentina y, a la vez, un enigma–, Fahsbender va hacia lo sigiloso, hacia lo que permanece en secreto o es conocido por unos pocos. Pero esta vez la historia se centra en la aristocracia. Y más específicamente en Federico Zichy Thyssen, un conde heredero de un magnate del acero alemán registrado entre los principales financistas de Adolf Hitler, quien supo dar fiestas fastuosas en su mansión de Barrio Parque de Buenos Aires y se contaba entre las personas más ricas del país. Un hombre que, pese a ubicarse en el centro de la élite porteña, se movió en las sombras, entre el lujo de los viajes, sus caballos árabes, sus propiedades alrededor del mundo, sus campos, su fortuna incalculable.

Uno de los secretos de Zichy Thyssen –y también una de sus numerosas desmesuras– fue una gigantesca estatua romana de mármol de casi dos metros. Una pieza que data, según los expertos, del siglo I después de Cristo, y que el conde supo tener como un objeto más en su principal casa porteña. Es a partir de enterarse en 2021 de la subasta de esa Venus impactante que fue vendida en Londres por más de 24 millones de dólares que Fahsbender se propone contar, de manera atrapante y de la mano de una notable investigación, la vida de un personaje tan desaforado como fascinante. Y también la deriva de su estatua. Con testimonios directos y con material judicial exclusivo que se dedicó a buscar obsesivamente, el periodista reconstruye el pasado nazi de los antepasados del conde, sus amores, las internaciones forzadas que padeció, sus adicciones, sus movimientos en la aristocracia nacional, la guerra despiadada por su herencia. La diosa de Thyssen es, entonces, un retrato doble: el de un hombre que fue puro desparpajo y el de una clase social que, fascinada por el lujo de las mansiones, de los objetos y de las piezas de arte descomunales, atestiguó su derrumbe.

La diosa de Thyssen, de Federico Fahsbender. Aguilar

El libro La diosa de Thyssen, de Federico Fahsbender, salió por Aguilar.

Banda sonora. En las palabras iniciales, Rob Reiner habla de la música de Stand By Me (es divina, acá la encuentran) y varias de sus canciones, inevitablemente, fueron a parar a nuestra banda sonora compartida. Se escucha, como siempre, por acá. Entran así Buddy Holly, The Chordettes y Jerry Lee Lewis, entre muchos otros.

Bonus track. Para quienes, en medio de estas horas incomprensibles, tengan ganas de volver a las películas de Rob Reiner, dejo una pequeña guía. En el servicio de HBO hay dos disponibles desde Argentina: Cuestión de honor, de 1992 (con Jack Nicholson, Demi Moore y Tom Cruise en el elenco) y Mi primer amor, de 2010. Esa plataforma ofrece también un documental que me encanta. Se llama Nora Ephron: Everything Is Copy (hablamos de él por acá) y ahí Reiner tiene una aparición especial por el vínculo que tuvo con la guionista y directora. 

Mubi, por su parte, ofrece dos a esta altura clásicos de su filmografía: Cuando Harry conoció a Sally (de 1989, una favorita absoluta de esta casa virtual) y Misery, de 1990. Finalmente, Amazon Prime Video tiene Alex y Emma (2003), Antes de partir (2007) y LBJ (2016). Ese servicio también ofrece en su menú El lobo de Wall Street, donde Reiner interpreta a Max Belfort, el padre del personaje de Leonardo DiCaprio.

Posdata. Por la entrega de la semana pasada, con los árboles a la cabeza, recibí varios y muy lindos mensajes. Gracias a Leandro, Susana, Agus H., Martín, Marianela, Debora y Mati que se tomaron un tiempo para escribirme. Y va una mención especial a Cecilia Zabala, que es contrabajista del quinteto musical Madreselva de Rosario, dedicado al tango y al chamamé. Acaban de lanzar su nuevo material llamado Fronda. “Es un disco de composiciones de mujeres de distintas regiones de nuestro país y sentimos que es un arbolito, una copa en un monte enorme que afortunadamente no deja de crecer: el de las mujeres componiendo, escribiendo, diciendo, renovando, abriendo la letrística de nuestras músicas”, me contó Cecilia en un correo. Pueden escuchar los temas por acá.

¡Hasta la próxima!

Los árboles de Aira, algunos libros de diciembre

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