El Directorio del Banco Mundial aprobó este viernes un financiamiento adicional por US$300 millones para la Argentina, destinado específicamente a optimizar el alcance de subsidios al gas. El desembolso tiene como objetivo “fortalecer la capacidad institucional” del Gobierno para recalibrar el alcance de la ayuda estatal y proteger a los hogares más vulnerables del impacto tarifario, al mismo tiempo que se promueve la sostenibilidad fiscal y ambiental del sector energético.
Este crédito funciona como un financiamiento adicional al proyecto vigente de “Apoyo a la transición a un sector eléctrico sustentable”. Según destacaron desde el organismo con sede en Washington, esa iniciativa respaldó la mejora del Registro de Acceso a los Subsidios Energéticos (RASE), herramienta de segmentación que permitió reclasificar correctamente a 1,2 millones de hogares para que paguen la tarifa plena o bonificada, según su nivel real de ingresos y patrimonio.
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“Acompañamos los esfuerzos del Gobierno por continuar mejorando la focalización de los subsidios de gas para que lleguen a las poblaciones más vulnerables, quienes destinan un mayor porcentaje de sus ingresos en satisfacer sus necesidades energéticas”, afirmó Marianne Fay, directora del Banco Mundial para Argentina, Paraguay y Uruguay.
Con este nuevo proyecto, el radar no se limitará únicamente a los usuarios de gas de red, sino que pondrá especial atención en el gas envasado. La iniciativa busca asistir a los hogares de bajos ingresos y a las regiones que no cuentan con conexión a la red de distribución, donde la población depende exclusivamente de la garrafa para cocinar.
En términos operativos, la iniciativa apunta a simplificar, armonizar y modernizar los diversos esquemas de subsidios para el suministro de gas. Para mejorar tanto la eficiencia como la accesibilidad, se prevé la integración de los beneficiarios de gas envasado a un registro formal, para así poder facilitar el acceso a los subsidios y otros programas complementarios.
“Al ajustar mejor el esquema de subsidios a los patrones de consumo de energía de los hogares, se busca mejorar la equidad del sistema y el uso de la energía, disminuir el consumo, incentivar medidas de eficiencia energética y reducir gastos innecesarios”, explicó el comunicado oficial. Este nuevo crédito tendrá un margen variable, que será reembolsable en un plazo extendido de 32 años, e incluye un período de gracia de siete años.
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El apoyo financiero llega a días de que termine el año y arranque el nuevo esquema de subsidios tarifarios. A partir de enero, ya no habrá segmentación por niveles de ingresos (clasificados hoy como altos, medios y bajos), sino que habrá usuarios que reciban subsidios y quienes no.
Además, las bonificaciones sobre la tarifa de electricidad, del gas y las garrafas no se aplicarán de manera uniforme durante todo el año, sino únicamente en los meses de mayor consumo energético. Según explicaron desde el Gobierno, quienes se inscribieron ante el RASE no deberán volver a anotarse, ya que los datos serán migrados automáticamente y se actualizarán cada mes con una declaración jurada.


