Elegir entre el gel antibacterial y el jabón es una decisión importante para tu salud. Usar de forma correcta cada uno podría prevenir algunas infecciones respiratorias y enfermedades estomacales durante el invierno.
Aunque cargar una botellita de desinfectante es un hábito común, nada supera la sensación del agua fresca corriendo por tus dedos. Sin embargo, la ciencia tiene un veredicto sorprendente y matizado sobre qué método limpia en profundidad.
¿Qué es mejor para matar gérmenes, el gel antibacterial o el jabón?
La evidencia científica sugiere que el agua y el jabón son la mejor opción para la higiene de manos, ya que eliminan físicamente los gérmenes en lugar de solo desactivarlos. No obstante, el gel antibacterial es una alternativa eficaz y práctica en entornos donde no hay suciedad visible ni acceso a agua corriente.
Te dejamos los puntos clave sobre su comparación, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en EU (CDC) y un estudio publicado en la revista Journal of Dental Hygiene Science:
Si tu elección es el lavado tradicional con agua y jabón, su poder radica en el arrastre mecánico y la química básica. No se trata solo de matar, sino de expulsar a los invasores de tu piel, reduciendo la carga viral de forma drástica y segura para tu organismo.
Te dejamos qué tipo de bacterias podrían eliminarse con el jabón y con el gel antibacterial, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Indian Journal of Critical Care Medicine (IJCCM):
Por otro lado, el gel a base de alcohol es un arma potente para la vida en movimiento. Actúa rápido desactivando la capa protectora de los microbios, siempre y cuando contenga al menos un 60% de alcohol, aunque su efectividad cae si tus manos están visiblemente sucias o grasosas.
Es importante entender que el gel tiene su kryptonita: la suciedad física. Si acabas de comer costillas, trabajar en el jardín o jugar deportes, el alcohol no podrá penetrar la grasa y los gérmenes sobrevivirán felices bajo esa capa, haciendo indispensable el uso del agua corriente.
De nada sirve tener el mejor producto del mercado si fallas en la ejecución básica. De hecho, las yemas de los dedos suelen ser la zona más olvidada y sucia, incluso después de usar productos de limpieza, por lo que la técnica lo es todo en la higiene.
Otro hallazgo fascinante es sobre el secado: frotarse las manos vigorosamente con papel o toallas puede ser contraproducente. La fricción excesiva a veces aumenta el conteo bacteriano en la superficie, mientras que el secado al aire o con toques suaves resulta ser mucho más higiénico.
Ante estos problemas, te dejamos las técnicas correctas para lavarse las manos y usar el gel antibacterial, según los CDC y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco):
Cuando optas por el camino químico del desinfectante, la paciencia se convierte en tu mejor aliada contra la infección. El error más común es sacudir las manos para secarlas rápido o limpiarse el exceso en el pantalón, lo cual anula el efecto desinfectante del producto.
Lavarse con jabón y luego aplicar gel elimina prácticamente el 100% de las bacterias, aunque para la vida diaria uno solo basta. Por ello, sin importar cuál de ambos decidas, debes recordar las técnicas correctas de uso.
La clave no es obsesionarse con la esterilización absoluta, sino mantener la constancia en el hábito. Mantener las manos limpias es la acción más sencilla, pero tiene el poder monumental para proteger tu salud.


