El nuevo ajuste de las bandas de flotación del dólar al ritmo de la inflación mensual marcará un “cambio crucial” en la política monetaria de Javier Milei, según The Economist.
Así lo consideró el medio británico en un artículo en el que analizó las últimas decisiones del gobierno argentino, con el inicio de una nueva fase de “re-monetización” de la economía.
Según The Economista, los cambios en el esquema de bandas “constituye, un avance bienvenido, aunque prudente, para abordar la mayor debilidad del programa de reformas liberalizadoras del presidente Milei”.
El anuncio del Banco Central (BCRA) ensancha el rango de flotación que, desde abril de este año, se expandía a un ritmo del 1% mensual y que, a partir del 1° de enero de 2026, pasará a ajustarse por la inflación, hoy en torno al 2,5%.
La medida habilitará al peso argentino a debilitarse más rápido, en un contexto en el que muchos lo consideran sobrevaluado, y además facilitará el plan oficial para comprar unos u$s 10.000 millones de reservas internacionales el próximo año.
El timing del anuncio tampoco pasó desapercibido. La decisión llega después de los resultados positivos de La Libertad Avanza en las elecciones legislativas de medio término de octubre.
La buena performance del oficialismo logró revertir la incertidumbre que se produjo luego de que la oposición peronista, Fuerza Patria, obtuviera la mayoría de los votos en las elecciones legislativas de septiembre en la Provincia de Buenos Aires.
Tras meses de intentar sostener un peso fuerte para contener la inflación, la presión política y cambiaria se intensificó en la previa electoral. “A medida que se acercaban las elecciones de octubre, todos comenzaron a vender pesos”, lo que obligó al Banco Central a vender miles de millones de dólares para defender el límite de la banda, señaló The Economist.
La situación se contuvo con la intervención del Tesoro de los Estados Unidos, que respaldó a la Argentina con una línea de swap por u$s 20.000 millones y una acción directa en el mercado para estabilizar el peso. Eso “alivió la presión y ayudó a Milei a imponerse en las elecciones”.
Luego, los números electorales de octubre lograron reducir el costo político de un ajuste cambiario.
Con el apoyo del gobierno de Donald Trump y una nueva confianza en la gestión de Milei, el FMI y los mercados reaccionaron de la misma manera. “Las acciones argentinas y bonos denominados en dólares subieron, lo que sugirió que el Gobierno podría volver a endeudarse en los mercados internacionales”, repasó The Economist.
En ese contexto, este mes, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció la vuelta de Argentina al mercado de deuda con un nuevo bono en dólares a cuatro años.
Además, días antes; durante el Encuentro de Líderes de El Cronista, anunció que evalúa un préstamo de bancos internacionales de entre u$s 6000 y 7000 millones. Ambas políticas destinadas a pagar parte de los vencimientos de deuda por más de u$s 4 mil millones previstos para enero de 2026.
Sin embargo, The Economist advierte que la flexibilización del esquema cambiario no está exenta de riesgos. Ampliar las bandas del dólar podría implicar un aumento moderado de la inflación, aunque ese costo resulta hoy menos problemático para el gobierno de Milei, con las elecciones legislativas ya superadas.
Aun así, esto “está lejos de una flotación plena”. En términos reales, la banda venía forzando al peso a apreciarse con el tiempo y, aunque ahora permitirá una mayor corrección, el ajuste sería solo marginal. Esto seguiría dejando al tipo de cambio sobrevaluado, según Capital Economics, una consultora con sede en Londres.
Además, la capacidad del BCRA para acumular reservas continuará condicionada por el ritmo de crecimiento económico y el tamaño del mercado cambiario. A eso se suma que la autoridad monetaria todavía no anunció un programa explícito para combatir la inflación mediante la tasa de interés. “El recorrido monetario de Milei aún no terminó”, concluyó.
